Los olivares a 250 metros sobre el nivel del mar producen un aceite de color verde con cálidos tonos amarillos dorados y una alta claridad. Son el escenario de un aceite de oliva virgen extra con aromas complejos que recuerdan a la alcachofa y las hierbas medicinales. En boca es elegante, armonioso, con hermosas notas amargas y picantes.