El nuevo etiquetado frontal de los alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados, implementado en el país desde el 1 de octubre, tiene el objetivo de impulsar a los mexicanos a generar un cambio en su dieta tomando decisiones conscientes e informadas para reducir los índices de obesidad en niños y adultos.
Grupo Reforma, periódico local, llevó a cabo una encuesta para conocer el impacto de la norma en los hábitos de compra de los mexicanos. La encuesta se realizó por vía telefónica, del 9 al 12 de octubre, con 400 participantes de la República Mexicana.
Los resultados afirman que el nuevo etiquetado ha ayudado al 50% de los consumidores a comprender mejor los ingredientes que se encuentran dentro del empaque y la información nutricional del etiquetado trasero, mientras que un 19% de los consumidores, considera que el etiquetado no ha sido de ayuda y el porcentaje restante de los consumidores, no tiene una postura.
Respecto a los hábitos de compra, el 37% de los encuestados dijo revisar siempre o la mayoría de veces el etiquetado de los alimentos antes de comprarlos, y el 35% contestó que casi nunca o nunca lo hace.
Por su parte, el 46% de los participantes considera que el etiquetado puede ayudar a reducir la obesidad infantil y el 45% cree que ayudará a reducir la obesidad en los adultos. La encuesta señala que el 42% considera que esta medida contribuye a reducir la hipertensión y diabetes. La gran mayoría (62%) cree, sin embargo, que la mejor estrategia es enseñar y adoptar mejores hábitos alimenticios.
La encuesta dio paso a una pregunta importante: ¿Para qué usan los consumidores estos etiquetados? ¿Los usan para elegir un alimento por sobre otro o para informarse de qué están hechos los alimentos procesados y para poner en juicio su dieta del día a día?
Fuente: Forbes México