La relación de los italianos con el café es una historia de amor única, cuyo comienzo se remonta a casi cinco siglos. Desde entonces, el café en Italia se ha convertido en un culto.
En este artículo queremos contarte 7 hábitos de los italianos con el café, para darte una idea de lo arraigado que está este producto en la cultura italiana y explicarte por qué se ha convertido en uno de los símbolos del Made in Italy en el extranjero.
Probablemente sonrías leyendo, ¡pero te aseguramos que es verdad!
En el fondo es normal que cuando se ama una cosa uno se vuelve casi graciosa a los ojos de los demás y los italianos, como ya te contamos, están acostumbrados a amar y a venerar el café. Lo aman, lo desean, lo saborean siempre como si fuera la primera vez. ¿Estás listo para descubrir los rituales italianos sobre el café? ¡Empecemos!
1. El café como símbolo de la hospitalidad
En Italia, el primer y más simple gesto de hospitalidad cuando se acoge a alguien en la casa o en la oficina, es precisamente ofrecer un café. Es una forma de demostrar al invitado que queremos que se sienta cómodo, que queremos compartir una experiencia con él. Porque sí, beber un café juntos es una experiencia que derriba muros y crea esa empatía necesaria para una relación, personal o profesional, entre dos o más personas. Un italiano que se presenta en casa de un conocido, en una oficina o en una empresa espera que se le pregunte si quiere un café. ¡Hasta el punto de que, si eso no sucede, podría preguntarse si algo está mal! “No me preguntó si quería un café, seguro quiere mantener su distancia”. Bueno, probablemente tendría razón.
2. No hay una hora adecuada para el café
Mientras que en Inglaterra hay el ritual del té de las 5, en Italia es siempre la hora del café: por la mañana temprano, a media mañana, después del almuerzo, por la tarde, por la noche. Puede que no sepas qué hora es, pero nadie te mirará mal si le propones tomar un café. Única excepción: justo antes de las comidas principales, almuerzo y cena. Normalmente, en efecto, los italianos prefieren consumir el café después de la comida y no poco antes.
3. En la cerámica o en el vidrio, pero no en desechable
Cada vez que un italiano ve el café en un vaso desechable, bebe otro café en una taza para consolarse. Bueno, no siempre es así, pero una cosa es cierta: en Italia el café se sirve en tazas de cerámica o, en algunos casos, de vidrio. Existen vasos desechables para las máquinas expendedoras de café que se encuentran en las oficinas, en las tiendas o en las estaciones, pero sólo se consideran si no hay alternativas. Los italianos quieren café preparado y servido a la perfección.
4. No la leche en el café después de las comidas
El hábito de beber café con leche después de las comidas no es italiano. En Italia, el café después de las comidas se consume amargo, con adición de azúcar o corregido con una cucharadita de licor. Cuando los italianos piden al camarero un café y no especifican, esperan una taza de expresso, que es un café de máquina y que llena alrededor de media taza. Quien quiera la taza llena debe especificarlo, pidiendo “un café largo”. La dosis máxima de café es sin embargo una taza de café, a diferencia de la americana que tiene un sabor menos intenso y se sirve en vasos grandes.
5. El café no se bebe caminando por la calle
El hábito de no consumir el café caminando por la calle está conectado con el punto 3. Si alguien tiene prisa, se consume el café en la barra, de pie. Después de todo, los italianos beben café en uno o dos sorbos, así que nunca se crean largas filas por culpa de los cafés. La situación es diferente si el café va acompañado de un croissant.
6. “¿Vamos a tomar un café en uno de estos días?”
El café está tan arraigado en la cultura italiana que sucede muy a menudo que dos personas que quieren reunirse para hablar o para conocerse no se invitan a “salir para tener una charla” sino “para ir a tomar un café”. El café está en todas partes y se utiliza para no hacer referencias específicas a los planes o duración de la cita: la única certeza es que se seguramente se irá a tomar un café juntos.
7. El café en primer lugar
Si en Italia tratan de hablar con un colega que acaba de entrar en el trabajo por la mañana, es posible que le conteste: “Primero tomaré un café y luego hablaremos”. Y no importa lo urgente o importante que sea lo que se le tiene que decir, si una persona afirma que necesita un café nadie se atreve a contradecirlo. En Italia hay una ley no escrita por la que, ante la exigencia de un café, ¡no se puede hacer más que aceptar y esperar, como si fuera una medicina!