La pizza es uno de los alimentos más amados en el mundo, gracias a la combinación de los ingredientes que producen un sabor único y a su presentación, sencilla y versátil. El origen de la pizza como la conocemos es incierto. Lo que sí sabemos, es que la pizza es la evolución de la focaccia, una creación italiana de ingredientes simples: agua, harina, levadura y aceite; al que además se agregan olivas, semillas y hierbas aromáticas para darle diversidad de sabores. En el Imperio Romano se cultivaban granos y cereales para convertirse en este delgado y esponjoso pan que sigue siendo típico italiano y se encuentra en cualquier cafetería, restaurante, y supermercado en Italia.
El surgimiento de la “pasta pomodoro” y de la “pizza napolitana” es muy similar a la llegada del tomate rojo desde América al continente europeo. En Italia no existía la salsa de tomate porque esta fruta fue introducida hace solo 500 años, con la llegada de Hernán Cortes a América. Poco después los italianos descubrieron las bondades del tomate y lo convirtieron en uno de los pilares de la comida italiana usándolo sobre todo lo que podían.
No fue hasta la época del Renacimiento que nació la “pizza al pomodoro” que consistía, sencillamente, en la combinación de la focaccia y la salsa de tomate. Esto hasta el año 1800, cuando a algún italiano se le ocurrió agregar el queso Mozzarella a este platillo. Unos años después, se comienza a hacer notar esta creación y comienza a adquirir la identidad napolitana por tener fuerte presencia en Nápoles, al sur del país.
La historia cuenta que en 1889, a la llegada del rey Umberto I y de la reina Margherita a Nápoles; Raffaele Esposito, el mejor pizzero de ese tiempo, preparó tres variedades de pizza para ellos, incluyendo la pizza tricolor en honor a la reina y a la bandera italiana. Ella quedó tan encantada con la pizza de queso, salsa de tomate y orégano, que en manera de agradecimiento le pidió nombrar a este platillo con su nombre y es así como nace la tradicional pizza Margherita. Desde ese momento no quedó duda de que la pizza como la conocemos, debía ser proclamada “napolitana”.
Al final de los años 1800, la pizza llegó a América gracias a los italianos que emigraron a la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos. Para este momento de la historia la pizza se difundió en el continente americano al mismo tiempo que en el norte de Italia. Poco después de la segunda guerra mundial, los italianos en el norte aún no solían producir ni consumir pizza como lo hacen ahora, este platillo seguía atrapado en el sur de Italia aun cuando ya se encontraba en otro continente. Solo hasta 1960, se comienzan a establecer decenas de pizzerías en el norte de Italia, al mismo tiempo que se desencadenaba la industrialización en las regiones nórdicas del país.
Todo esto solo antes de que la pizza comenzara a conquistar el mediterráneo y luego el mundo entero.