El vinagre balsámico es un ingrediente italiano muy versátil que puede darle un toque interesante a tus ensaladas, carnes, pan e incluso la fruta fresca. Un toque final de balsámico hace una gran diferencia.
En general, el vinagre balsámico se consume crudo. La cantidad a servir es siempre al gusto, pero se aconseja no abusar, pues su sabor y aroma son fuertes y podrían arruinar el equilibrio de un plato. En la mayor de las ocasiones un par de cucharadas será suficiente.
Aquí te dejamos cuatro opciones con las cuales puedes combinarlo:
- Con carne
Se recomienda agregarlo en crudo, es decir, después de la cocción de la carne. Se recomienda que la carne, ya sea de res, ternera, cerdo o pollo sea cocinada a las brasas y sin salsas que interfieran con el sabor original de éstas, como por ejemplo el ragú.
Se recomienda utilizar un vinagre balsámico tradicional de Módena añejado por 12 años o un Vinagre balsámico IGP.
- Con pescado
Los pescados ya sean de río o de mar tienen una carne blanca, muy suave y muy sutil de sabor. Tal como la carne, se recomienda un método de cocción sencillo que no opaque el sabor del vinagre balsámico.
Pescados como el salmón, el pez espada, incluso los mariscos son el complemento ideal de este gran ingrediente.
- Con verduras
Pueden ser en una rica ensalada o vegetales a la parrilla, un hilo de vinagre balsámico al final bastará para darle un toque interesante a tus platillos.
- Postres y fruta
Los frutos del bosque y en general las moras y bayas van perfecto con el vinagre balsámico por sus notas ácidas. Postres como los helados y la panacotta se complementan muy bien con las notas dulces del balsámico, pues son sabores muy neutros al paladar.
Ahí lo tienes, ahora el reto es tuyo, ¿qué otros platillos se te ocurren que pueden maridar con el vinagre balsámico?
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