Existen territorios en el mundo, que son combinación de naturaleza y recursos que favorecen a la producción gastronómica de estas áreas. En Italia, estos territorios son más que eso, pues se han llenado de eterna herencia y tradición familiar, como en el caso de la ciudad de Módena, en la región Emilia-Romaña, donde nace y perdura la producción del mundialmente reconocido Vinagre Balsámico de Módena.
En distintas regiones italianas, incontables compañías del sector alimenticios, han surgido entre sociedades y culturas que también, se han convertido en símbolos plasmados en las etiquetas de sus productos. La tradición e historia de estos, constituyen una gran parte de su propuesta de valor, pues el consumidor entiende el contexto del producto y la relación con la calidad. Empresas familiares italianas han conseguido producir en masa extraordinarias características de calidad a lo largo de los años. Hoy, estas compañías exportan a todo el mundo. Incluso, han logrado que los consumidores fuera de Italia, conozcan la historia, proceso de producción, tradición y contexto del producto. Es por eso, que la Unión Europea ha protegido el nombre de cientos de productos italianos, siendo Italia, el país, en la Unión Europea, con más productos reconocidos como DOP, IGP y ETG.
Hoy te contamos la historia del Vinagre Balsámico de Módena.
Modena es una ciudad al norte de Italia que ha logrado construir una inherente reputación de excelencia en la industria alimenticia. Una reputación constituida por la naturaleza, las personas, el conocimiento, la tecnología, la tradición y las empresas que residen en este territorio. El Vinagre Balsámico de Módena es la estrella de la ciudad.
Existen dos tipos de Vinagres Balsámicos que tienen diferentes tipos de protección de origen: Aceto Balsamico di Modena y Aceto Tradizionale di Modena. El Vinagre Tradicional de Módena es un producto DOP, un producto de Denominación de Origen Protegido, es decir; sus características cualitativas dependen exclusivamente del territorio del distrito de Módena. Y luego tenemos el Vinagre Balsámico de Módena, que es un producto IGP, un producto de Indicación Geográfica Protegida. Este es reconocido así porque su producción y elaboración se hace determinadamente en el distrito de Módena. En cualquiera de los casos, la producción de estos debe ser aprobada por el Consorcio de Tutela del Vinagre Balsámico, quien permite a las fábricas distribuir el producto con las denominaciones protegidas.
La historia del Vinagre Balsámico data del año 1000, aunque se desconoce su verdadera antigüedad. Con la tradición de la antigua Roma que se remonta a la práctica de la cocción del mosto de uva. En estos años era utilizado primordialmente como medicamento, como edulcorante y como condimento. Más tarde la producción se mudó a la ciudad de Módena, donde las características pedoclimáticas de la ciudad, los saberes y los talentos de los modeneses, hicieron de este vinagre, algo especial. Al ser ya un símbolo de cultura e historia de un territorio único; en 1046, Enrique III, emperador del Sacro Imperio Romano, con ocasión de su paso por el territorio de la llanura del Po, fue agasajado con un “aceto perfettissimo” por Bonifacio, marqués de Toscana. Pero no es hasta 1747, que por primera vez aparece el adjetivo ¨balsámico¨: se hablaba de balsámico medio y de balsámico fino, que corresponden a los actuales Aceto Balsamico di Modena IGP y Aceto Balsamico Tradizionale di Modena DOP.
En 1800, el Vinagre Balsámico de Módena, se convierte en protagonista entre las esferas sociales internacionales. Poco después se afirman las primeras dinastías de productores, algunos de los cuales, aún hoy, figuran entre los asociados del Consorcio de Protección.
Imagen cortesía de AgroNotizie.