La Befana

¿Alguna vez escuchaste acerca de “La Befana”?

El término “Befana” deriva del griego “Epifanía”, o “aparición”. Por lo tanto, la Befana se celebra el día de la Epifanía, que generalmente cierra el período de vacaciones de Navidad.

La Befana está representada por una anciana de nariz larga y barbilla afilada que, viajando a lo largo y ancho de una escoba, lleva regalos a todos los niños. En la noche del 5 al 6 de enero, la Befana vuela por los tejados y, descendiendo de las chimeneas, llena las medias que los niños dejaron colgando. Estos, por su parte, se preparan dejando en un plato, una mandarina o una naranja, además de una copa de vino. 

A la mañana siguiente, además de obsequios y carbón para los que hayan sido un poco más traviesos, los niños encontrarán la comida consumida y la huella de la mano de la Befana en las cenizas esparcidas por el plato.

Origen de está tradición

En la tradición cristiana, la historia de la befana está íntimamente ligada a la de los reyes magos. Cuenta la leyenda que una noche de invierno, Melchor, Gaspar y Baltasar, en su largo viaje para llegar a Belén, sin encontrar el camino, pidieron información a una anciana que les indicó el camino. 

Los Reyes Magos, entonces, invitaron a la mujer a unirse a ellos, pero, a pesar de la insistencia, la anciana se negó. Una vez que los Reyes Magos se fueron, se arrepintió de no haberlos seguido y por eso empacó un saco lleno de dulces y comenzó a buscarlos, pero sin éxito. La anciana, por lo tanto, comenzó a tocar en todas las puertas, dando a cada niño que encontraba algunos dulces, con la esperanza de que uno de ellos fuera solo el Niño Jesús.

Fuentes consultadas:

Imagen principal: Archivo Imagen

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